Lía y Teo

Seguramente en el mundo no había dos hermanos tan diferentes como Lía y Teo. La niña era rubia y él moreno. Lía tenía los ojos marrones, una nariz pequeña y una boca muy grande. Teo, en cambio, tenía los ojos azules, una gran nariz y una boquita pequeña y graciosa.
A ella le gustaba quedarse en casa leyendo y a él hacer deporte al aire libre.
Pero, a pesar de las diferencias, se llevaban muy bien. "Hacemos un buen equipo", decían mientras intentaban guiñar un ojo.
Aquella mañana demostrarían que eso era verdad. Tuvieron que unirse más que nunca para vivir una soprendente aventura.

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